miércoles, 14 de mayo de 2008

13 entrevistas a 13 poemas colombianos.

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SEGUIMIENTOS a Octubre 14, 2014
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*** 16 octubre, 2014, Bogotá, 6:00 pm
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--- 13 entrevistas a 13 poemas colombianos & una conversación imaginaria (Segunda edición, 2014) *.  Presentación a cargo de Robinson Quintero Ossa en conversación con Jotamario Arbeláez, Miguel Méndez Camacho y Juan Manuel Roca. Invita Editorial Letra a Letra. Lugar: Casa Tomada, Librería Café,http://libreriacasatomada.com/index.html , Transversal 19 Bis No. 45D-23, Barrio Palermo.  Teléfono: 2451655 Bogotá, Colombia, Ver Mapa . Entrada libre. * http://ntc-libros-de-poesia.blogspot.com/2008_05_14_archive.html
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FOTOGRAFÍAS DEL EVENTO (bunkerglo, 2014.)
 Miguel Méndez Camacho, Robinson Quintero Ossa, y Jotamario Arbeláez
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 Miguel Méndez Camacho

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SEGUIMIENTOS a Septiembre 12, 2014

En su 2a. etapa, provisional,
publican y difunden 
NTC … Nos Topamos Con 
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*** 14 de Septiembre, 2014, Medellín, 8:00 PM
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--- 13 entrevistas a 13 poemas colombianos [y una conversación imaginaria]. Robinson Quintero Ossa. Segunda Edición (2014)*, Letra a Letra. Presentación del libro, en el marco de la Fiesta del Libro y la Cutura de Medellín, Versión-8 .  Robinson Quintero expondrá los motivos que le llevaron a componer la obra, conversará con el poeta Raúl Henaosobre su poema “El doble”, uno de los textos entrevistados, y compartirá reflexiones sobre el género de la entrevista literaria. Lugar: Salón Humboldt del Jardín Botánico de Medellín, en la programación oficial de la VIII Fiesta del Libro y la Cultura. El libro tiene un valor de $35.000 y esa noche se otorga un descuento del 20%. Entrada libre – cupo limitado. Más información: Luz Eugenia Sierra. Celular 314 885 93 21. LETRA A LETRA, Cra. 3A No. 26-43 piso 2, Bogotá, Teléfonos: (57-1) 341 05 09 - 286 17 27 - luzeugeniasierra@gmail.com /  Click derecho sobre las imágenes para ampliarlas en una nueva ventana. Luego click sobre la imagen para mayor ampliación // * Sobre la primera edición (Abril 2008): http://ntc-libros-de-poesia.blogspot.com/2008_05_14_archive.html
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NOTA A LA SEGUNDA EDICION

En 2008, la Fundación Domingo Atrasado publicó la primera edición de 13 entrevistas a 13 poemas colombianos [y una conversación imaginaria] de Robinson Quintero Ossa.
La obra contó con un tiraje de 300 ejemplares que fueron rápidamente adquiridos por los lectores y obtuvo por parte de la crítica y la prensa cultural comentarios favo­rables, que la destacaron como ejemplar en el género de la entrevista literaria.
La Asociación Cultural LETRA A LETRA, en signo de reco­nocimiento a quienes apoyaron la primera impresión y consciente de la importancia que el contenido del libro tiene para los curiosos de la poesía colombiana ofrece la segunda edición con un tiraje de mil ejem­plares, complacida de perdurar, junto a los amigos de la Fundación Domingo Atrasado, el canto y la conversación sobre el canto.

Luz Eugenia Sierra

LETRA A LETRA
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13 entrevistas a
13 poemas colombianos
[y una conversación imaginaria]
Robinson Quintero Ossa
Fundación Domingo Atrasado
PRIMERA EDICIÓN, Abril 2008.
14.5 x 20.0 x 1.10 cms. 217 páginas
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Presentado en la 21 Feria Internacional del libro de Bogotá, 2008
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Sobre el libro y parte de él: http://www.domingoatrasado.com/varios/treces.html
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(Click sobre las imágenes para ampliarlas. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí).
Portada
Dibujo de Henri Michaux, en Par des traits, 1984
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Contra portada
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13 entrevistas a 13 poemas colombianos [y una conversación imaginaria]
PRIMERA EDICIÓN, 2008
@ Robinson Quintero Ossa@ Fundación Domingo Atrasado
ISBN 978-958-97677-8-8
FUNDACIÓN DOMINGO ATRASADO
Presidente: Jaime Londoño
Socios: Jineth Ardila, Jaime Echeverri, Ángela Escallón, Rafael Espinosa, Margarita Garrido. Santiago Mutis. Carlos Naranjo O., OIga Naranjo. Carlos E. Naranjo. Celedonio Orjuela. Omar Ortiz. Iván Ospina. Alberto Rahal, Catalina Rey. Carlos Flaminio Rivera. Andrea Roca. Juan Manuel Roca, Gloria Vargas.
COMITÉ EDITORIAL Juan Manuel Roca, Santiago Mutis, Jineth ArdilaILUSTRACIONES Dario Villegas
CUIDADO DE LA EDICIÓN Jineth Ardila
DISEÑO y CONCEPTO EDITORIAL Santiago Mutis y Carlos E. Naranjo
ARMADA DIGITAL Carlos E. Naranjo
PORTADA: Dibujo de Henri Michaux, en Par des traits, 1984
IMPRESO POR Cargraphics S. A.
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PROLOGO
13 ENTREVISTAS A 13 POEMAS COLOMBIANOS
Por Robinson Quintero Ossa
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Hay, más que buenos poetas, buenos poemas, reza un adagio malicioso. Y lo que dice la sentencia de pronto es verdad. Insinuó Borges en su Arte poética que los grandes poetas alcanzan el reconocimiento de los hombres, más que por su obra en extenso por seis o siete poemas inmemoriales. El adagio trae paradojas: muchos lectores, por ejemplo, citan con claridad versos de memoria sin que recuerden el nombre de su autor. Sucede muchas veces, también, que a un escritor le baste un solo poema, magnífico, para que su nombre perdure en el elogio de los lectores, mientras que a otro no le alcanza una amplia y esmerada bibliografía. Esas consideraciones me llevaron un día a preguntarme por qué los libros de entrevistas, cuando interrogan a los poetas no lo hacen también, a través de estos, a los poemas. Son los poemas excepcionales los que mejor hablan de sus autores, y son las palabras impresas en el papel las que permanecen. Ensayé entonces el camino inusual y emprendí 13 entrevistas a 13 poemas colombianos.
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Los 13 poemas seleccionados -presentados por el título, en orden alfabético- exaltaron mi entusiasmo por la poesía en distintos momentos de mi vida. No los propongo como símbolos de una época de la lírica colombiana, aunque es innegable que han suscitado emoción y reflexión en numerosos lectores y escritores. Los 13 los planteo más bien como experiencias de creación literaria que merecen ser biografiadas. Este libro bien pudo titularse Vidas de poemas.
.Quise, en un comienzo, cuando imaginé el proyecto, entrevistar a ''I'' ("los hombres se echan a las calles / para celebrar la llegada de la noche [...]") de José Manuel Arango, a "Súplica de amor" ("Por mi voz endurecida como una vieja herida; / por la luz que revela y destruye mi rostro [...]" de Héctor Rojas Herazo, a "Oración" ("No más amaneceres ni costumbres, / no más luz, no más oficios, no más instantes [...]) de María Mercedes Carranza, y a "Tristeza del Oeste", de Fernando Charry Lara; pero las muertes en seguidilla de esos poetas frustraron mi deseo. Inicié también entrevistas a "Nocturno" ("Esta noche ha vuelto la lluvia sobre los cafetales [...]") de Alvaro Mutis, a "Un día" ("Un día se apagará la luz para mis ojos [...]" de Matilde Espinosa, y a "Proverbios" ("No hables, / mira cómo las cosas a tu alrededor se pudren [...]") de Harold Alvarado Tenorio (1. Más adelante se publica una parte, enviada por el poeta Alvarado) , pero variadas razones llevaron a que fueran estos textos y autores los entrevistos. Como sea, a estos 13 poemas colombianos siempre deseé publicarles un signo de admiración. Este libro, quizá, al fin lo es.
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Quise también en este libro trazar 14 retratos de poetas a partir de sus respuestas a mis preguntas sobre los asuntos técnicos, maníacos, metodológicos y biográficos que intervinieron en la creación de los 14 poemas entrevistos; 14 retratos que le transmitieran al lector un significado de su ejercicio. Quedo satisfecho si sus lecciones son provechosas tanto para el oficio de escribir como para el de vivir. No tiene sentido que sea de otro modo.
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A Giovanni Quessep, Juan Manuel Roca, Jotamario Arbeláez, Raúl Henao, Horacio Benavides, Rogelio Echavarría, Juan Gustavo Cobo Borda, Miguel Méndez Camacho, Meira Delmar, Mario Rivero, Darío Jaramillo Agudelo, Alvaro Rodríguez Torres y Jaime Jaramillo Escobar les agradezco su amistad y el tiempo que me obsequiaron, esenciales
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para que tuviera lugar esta colección de entrevistas. A los poetas, que por hábito se molestan en aproximar explicaciones a sus versos, mi propuesta de hacer decible lo que hay de indecible en ellos les resultó, en principio, una labor riesgosa y desproporcionada. Va también mi agradecimiento por su comprensión.
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Va igualmente mi elogio para los escritores Luis Germán Sierra y Javier Naranjo, quienes apoyaron el proyecto durante su realización.
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Más que buenos poemas y buenos poetas, hay buenos lectores de poesía, podría rezar otro adagio, siendo éste, como el citado al comienzo, provocador. Dedico este libro con sumo respeto, con alegría y orgullo, a los lectores de poesía.
Robinson Quintero Ossa
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EL ENTREVISTADORROBINSON QUINTERO OSSA (Caramanta. Antioquia, 1959) Poeta, ensayista, compositor y director de talleres de creación literaria, es licenciado en Comunicación Social y Periodismo por la Universidad Externado de Colombia. Libros de poemas: De viaje (1994), Hay que cantar (1998), La poesía es un viaje (2004) y El poeta es quien más tiene que hacer al levantarse (2008). Como lector, publicó en 2006 el cd El corazón rojo: muestra de poesía amorosa universal, en compañía de Fernando Linero.
EL DIBUJANTE
DARÍO VILLEGAS
(Bello. Antioquia, 1961) Dibujante, poeta, editor y profesor de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Autor del libro de poemas Circulo hechizado. Ha publicado sus dibujos en publicaciones seriadas como El Magazín Dominical, Revista Número y Desde el Jardín de Freud, entre otras. Dirige la editorial "Quiero, puedo y no me da miedo", que tiene, entre sus títulos publicados, además de la edición ilustrada de Circulo hechizado. el libro El ángel sitiado y otros poemas, de Juan Manuel Roca, con dibujos de Darío Villegas.
(NoTiCa de NTC... : Algo más sobre el artista: BLOG personal: http://bitacoradibujo.blogspot.com/ Allí algo más sobre los dibujos. Y
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CONTENIDO
13 entrevistas a 13 poemas colombianos . Robinson Quintero Ossa 9
1. Alguien se salva por escuchar al ruiseñor de Giovanni Quessep. TAPIZ PERSA 13
2. Canción del que fabrica los espejos de Juan Manuel Roca. ESPEJERÍA ROCA 25
Dibujo de DARÍO VILLEGAS para el poema de J. M. Roca.
Cada poema tiene un dibujo.
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3. Colegiala desnuda de Jotamario Arbeláez.* TODA MUJER SE DESNUDA MÁS O MENOS DE LA MISMA MANERA 39
4. El doble de Raúl Henao EL OTRO. EL DOBLE 53
5. El gato de Horado Benavides (A) . EL OSCURO SOBRETODO DEL POETA 73
6. El transeúnte de Rogelio Echavarría. MEMORIA DE UN POEMA DESMEMORIADO 91
7. J.A.S. de Juan Gustavo Cobo Borda. Los SUEÑOS DE MEDIANOCHE 103
8. Kampeones de Miguel Méndez Camacho. NI LA FOTO NI EL POEMA NOS HICIERON MEMORABLES
9. La tarde de Meira Delmar. JAZMíN DE ARABIA
10. Motivos del día de Mario Rivero. LA LUZ PESA
11. Poema de amor, 13 de Darío Jaramillo Agudelo. SOMOS POLVO, AUNQUE SEAMOS POLVO ENAMORADO
12. Roberto Páramo de Alvaro Rodríguez Torres. LA LUZ ES LA SOMBRA DE DIOS
13. Ruego a Nzamé de Jaime Jaramillo Escobar * . UNA PALABRA QUE SEA TAN HONDA COMO EL PEZ EN EL AGUA
UNA CONVERSACIÓN IMAGINARIA: "OLVIDADOS DIOSES HABLAN"
I. "los hombres se echan a las calles...", de José Manuel Arango 199
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Los poetas 121
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ENTREVISTA A DOS POEMAS NADAÍSTASRobinson Quintero Ossa
Alforja. revista de Poesía.
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Las entrevistas a “Colegiala desnuda”, de Jotamario Arbeláez, y “Ruego a Nzamé”, de Jaime Jaramillo Escobar, hasta hoy inéditas, pertenecen al libro “Entrevista a 13 poemas colombianos”, de próxima aparición en Colombia. Su autor, Robinson Quintero Ossa, poeta que ha publicado, entre otros libros, De viaje (1994), Hay que cantar (1998), La poesía es una viaje (2004) y El poeta es quien más tiene que hacer al levantarse (2007), las ofrece en primicia a los lectores de La Gaceta de Alforja. Jaime Jaramillo Escobar y Jotamario Arbeláez son dos destacados representantes del Nadaísmo, movimiento de vanguardia que surgió a finales de la década del 50 en Colombia. ...
Texto completos, click en: Ver más...
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(A) Entrevista completa a “EL GATO” DE HORACIO BENAVIDES
Gaceta Alforja No. 13
04 - 2008
http://www.alforjapoesia.com/virtual/gaceta.php?id=A2008047
Una vez más, el escritor y editor colombiano Robinson Quintero Ossa nos obsequia una entrevista a un poema, que por supuesto tiene un autor:
A Horacio Benavides se le apareció “El gato” debajo de una piedra. “El gato” esperaba que alguien lo descubriera, porque los poemas, según Horacio Benavides, no son ratones, no huyen espantados, se encuentran en cualquier parte, incluso debajo de una piedra. Ver más...
Una vez más, el escritor y editor colombiano Robinson Quintero Ossa nos obsequia una entrevista a un poema, que por supuesto tiene un autor: Ver entrevista .
http://www.alforjapoesia.com/noticias/images/el_gato.pdf LA ENTREVISTA COMPLETA.
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ENTREVISTA A TRECE POEMAS
F. A. T.Bogotá, abril 28 del 2008.
http://www.domingoatrasado.com/varios/trecepoemas.html
Como una manera de entrar en materia, y en esta tarde, les propongo hacer un ejercicio de imaginación, un juego. Con este sólo espero que podamos acercarnos a ciertas claves del libro que tengo el agrado de presentar a ustedes.
Lo primero que necesitaremos es imaginar que los libros pueden convertirse en una casa. A continuación tendremos que visualizar una casa. Más cuidado, no una cualquiera sino una muy grande, extraordinariamente bella y misteriosa. Pero, sobre todo, es importante que sintamos que esa casa, de muchas maneras, es nuestra.
Ahora sí entremos en ella. La puerta permanece abierta para todos. Crucemos un vestíbulo, hasta dar con unas escaleras y subamos por ellas. Una vez arriba ingresemos a una habitación enorme. Llena de ventanas. Ventanas de muchos tamaños y formas. En las cuatro direcciones cardinales. En este instante imaginemos que se acerca a nosotros un hombre y que se ofrece a servirnos de guía. Pero, lo que él de inmediato nos propone es que miremos los jardines de la casa a través de los ventanales. Aceptamos su propuesta. Entonces, una a una, él irá descorriendo las cortinas de cada ventanal que elija mostrarnos. Observaremos, entonces, que cada cortina tiene un dibujo. Un dibujo que anticipa y nos prepara a lo que veremos.
Nuestro guía después de una breve introducción descorre el primero de los cortinajes y nos insta a asomarnos.
El primer jardín que vemos es uno diseñado a la manera de un tapiz persa. Es pequeño, breve, pero es uno que ha viajado, que está hecho por muchos otros jardines. Los del oriente, los de Libano y Asis, los de San Onofre y Bogotá. En este lugar vespertino y primorosamente preparado para el silencio canta un ruiseñor. En él hay ruinas. Y alguien que nos recuerda que la belleza es lo único que puede salvarnos de ser un pobre puñado de polvo. A continuación, nuestro guía nos cuenta un poco de lo que le dicho el jardinero acerca de su obra. Volvemos a mirar y lo que vemos cambia. Este es el jardín de Quessep.
En seguida somos conducidos a una segunda ventana. En este jardín siempre está la noche. Cierta penumbra que borra el contorno de las cosas. Este jardín está construido de dudas y de hipótesis. En el centro hay un taller. Una espejería. Allí un hombre se afana en cortar láminas de agua y de sueños para construir espejos. Construye espejos. El artífice trabaja arduamente. Al horror agrega más horror, más belleza a la belleza. A esos espejos podemos asomarnos, intranquilos, eso sí, porque los muy malditos, insobornables, no mienten. Este jardín está en silencio, es el jardín de Roca.
Nuestro guía se sonríe, satisfecho. Y nos conduce a una pequeñísima ventana, en la que apenas sí podemos mirar con un ojo. Cuando nos asomamos vemos a una colegiala entrar a un cuarto y desnudarse mucho más allá de lo que una colegiala se desnuda. Como si fuera una muchacha que estrena su cuerpo para otros. Este jardín tiene luz de día y lo único que se oye en todo su ámbito es una estruendosa carcajada. En este lugar las camas nunca están tendidas. Es el jardín de Jota Mario.
La siguiente ventana nos permite asomarnos a una alcoba. Allí es de noche aún, pero pronto va a amanecer. Al mirarla tenemos la sensación de haber acabado de despertar, de estar atrapados en el sueño. El lecho está revuelto. Hay un mazo de cartas disperso por el piso. A un lado hay otra ventana. Tiene unas escaleras. Se oye el ladrar de un perro y los ruidos de un auto. Un hombre se asoma a una ventana y se ve, a sí mismo, alejarse en un taxi. Este doble jardín que protege sus enigmas, es el de Raúl Henao.
El guía regresa y nos lleva hasta un jardín hecho exclusivamente para un gato. El gato parece fluir, se agazapa, finge un salto sobre una presa inexistente y luego desaparece. Del minino sólo quedan unas rayas y sin embargo todo el gato está ahí. Entonces, el bicho reaparece, viene de cazar, quizás trae un ratón entre sus fauces. Mas no. Si miramos mejor, trae un poema. Por este jardín corren gatos negros y fantasmas. Siempre es de noche y se oye el ruido de la soledad al acostarse. Este jardín es el de Horacio Benavides.
Volteamos de nuevo a buscar al guía y éste nos indica otra ventana. Por ella podemos ver una calle con cierto parecido a la séptima bogotana. Un transeúnte camina en completa soledad en medio de multitudes que parecen árboles hostiles. Aquí de fondo se escucha el murmullo del orar del descreído que quisiera creer. Y esa calle siempre llega hasta la noche, porque la noche le salva a uno la vida. Este es el jardín de Rogelio Echavarría.
Detengámonos ahora frente a un marco y corramos la cortina. Al comienzo veremos una figura. Mas adelante creeremos que este es un jardín para una estatua. Pero, si observamos mejor captamos un estudio, apenas alumbrado por la luz de una lámpara de aceite. Sobre el escritorio hay un papel y en el vemos diseminado el puro esqueleto de un poema, unas palabras escritas, con fina caligrafía, por una pluma de oro. Es un espacio de soledad donde la voz de los muertos nos ofrece compañía. En este lugar un grito está escondido. Hay un olor a pólvora y libros. Aquí destella una derrota que el tiempo convirtió en un triunfo. Una victoria sí, pero demasiado tarde. Este es el jardín de Cobo Borda.
Después, nos desplazamos por la casa y abrimos otra cortina. Detrás descubrimos un jardín que es casi una foto. Un rasguño de luz. Una laminilla de tiempo. Tiempo detenido. Algo arrebatado al olvido, menos muerto. Detenido en una infancia que de pronto se hizo vieja y llega hasta nosotros y nos trae una tarde única de triunfo colegial. La celebración de una red que se infló con un balón. Y allí están posando los kampeones, siendo aún lo que fueron ahora que ya no son. Este jardín es la prueba de que la inmortalidad es breve. Aunque presuma el jardinero que ni la foto ni el poema los hicieron memorables. Aquí habló Miguel, Miguel Méndez Camacho.
El siguiente jardín es el único que ha sido hecho por una jardinera. Allí sólo transcurre un mismo momento: la tarde. Siempre es la tarde. La tarde de la ausencia. La ausencia no de lo que fue sino de lo que no pudo ser. Y su aire está lleno de un olor: del aroma de los jazmines en flor. Un perfume que nos hace viajar en el tiempo y vuelve dulce la nostalgia. Humana la pérdida. Esa jardinera no es otra que Meira Delmar.
Entonces, nuestro guía respetuosamente nos indica una nueva dirección y descorre otro cortinaje. Arrancamos desde un cuarto, al amanecer, donde un hombre escucha el ruido de los amantes al amarse. Luego sale, se sienta en una banca parque, conversa con el que pasa, se sube a un bus, llega a una oficina de correos. Lo husmea todo y finalmente el abismo de su libertad le grita bajo sus zapatos. Este es el jardín de Rivero. Mario se llama.
El guía nos advierte, entonces, que al próximo jardín sólo se puede asomar un enamorado. Pero allí lo primero que se nos muestra es la soledad. La soledad que espera sin esperanza el amor que llega a las nueve de la noche y todo estalla. En este jardín hay un fondo musical, un aire de bolero, una atmósfera de cantina elegante donde todos están solos sin saber quiénes son. Porque: Primero está la soledad, como nos repite con toda la razón Darío Jaramillo Agudelo.
Al abrirse la siguiente ventana se abre un paisaje verde. En el centro, un hombre frente a un caballete está pintando. Pinta como otros viven. El paisaje se puede explicar en el óleo. Pero, ese hombre está pintando la luz. Pincelada a pincelada. La luz que es la sombra de Dios, nos dicen. Aunque en el lugar solo se escucha el silencio de una naturaleza: la Sabana. Por contraste la belleza del jardín es muy sobria. Porque así lo quiere Álvaro Rodríguez.
La treceava ventana nos muestra un jardín que no se deja observar fácil y no obstante casi nos hipnotiza. De entrada oímos que alguien ruega por una palabra antigua. Una palabra para volvernos negro. Este jardín, a la orilla del agua, reclama una sabiduría que hemos extraviado. De fondo tiene música de tambores y se abre a la danza. Se nos pasa una invitación a rebelarnos contra. Este jardín que tiene un aire de ruina construida es el de Jaime Jaramillo Escobar.
Al llegar a este punto el guía se detiene. La última ventana es especial. De súbito nos enteramos que nuestro guía conversa con los muertos. Nos sorprende, aunque se sabe que en esta casa eso es algo de curso corriente. La verdad es que el siguiente jardinero ha muerto. Pero, todos sus jardines permanecen. En ellos olvidados dioses hablan. Entonces, vemos una plaza. Escuchamos una flauta. Pasan unas niñas mostrándonos la espalda. En la algarabía de la fiesta se celebra la Noche. En alguna parte está escondido un guayacán y vuelan pájaros. En este jardín renace lo sagrado. Y el jardinero que extrañamos es José Manuel Arango.
Ahora y en silencio nuestro guía nos conduce a la salida. Dejamos la casa, a sabiendas que mil ventanas para siempre nos aguardan. Que detrás de cada uno de esos jardines, apenas entrevistos, hay infinitos más. Hay bosques y florestas, hay selvas y desiertos, hay mares y ciudades, mundos y estrellas esperando por nosotros. Los intrépidos jardines de esa casa son un laberinto interminable. En ellos bien nos acordamos de cómo es que se puede ser hombre. Y si no al fin y al cabo ellos están ahí para consolarnos de la realidad.
La visita a la casa ha terminado. Nuestro guía, paciente y generoso, también dado él ha construir jardines, no ha sido otro que Robinson, Robinson Quintero. Mientras yo, yo sólo quisiera saber quién sería capaz de no aceptar una invitación a recorrer una casa como esa.
F. A. T.Bogotá, abril 28 del 2008.
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(1) De Harold Alvarado Tenorio < h.alvarado@cable.net.co >
para NTC ntcgra@gmail.com fecha 01-jul-2008 12:59
asunto: la entrevista que quintero no publicó
Como veo que Quintero dice que le hubiera gustado entrevistarme y lo cierto es que me entrevistó pero luego le vetaron mi entrevista, se las mando, con el ruego de que la pongan en esa Web que me enviaron. No van todas las preguntas y respuestas, debe ser que no respondí, en su hora, a todo lo que Quintero preguntó.
Harold Alvarado Tenorio , h.alvarado@cable.net.co ,
http://www.haroldalvaradotenorio.com/ Director Revista de poesía Arquitrave http://www.arquitrave.com/ .Kra 13 nº 27-98, Torre B/1504, Edificio Bavaria Centro Internacional. Bogotá. D.C. TELS: [57] (313) 885 0978 // (1) 3348830
Este es el texto de la entrevista que Robinson Quintero no publicó en su libro sobre los poemas colombianos porque se la vetaron los editores del libro. Nota de Harold Alvarado Tenorio

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Proverbios
No hables,
mira cómo las cosas a tu alrededor se pudren.

Confía sólo en los niños y los animales
y de los ancianos aprende el miedo de haber vivido demasiado.

A tus contemporáneos pregunta sólo cosas prácticas
y comparte con ellos tus fracasos, tus enfermedades,
tus angustias, pero nunca tus éxitos.

De tus hermanos ama el que está lejos
y teme al que vive cerca.

A tus padres nunca preguntes por su pasado
ni trates de aclarar con ellos tu niñez y juventud.

Con tu patrón no hables, escríbele y nunca le cuentes
tus planes futuros y miéntele respecto a tu pasado.

Ama a tu mujer hasta donde ella lo permita
y si llegas a tener hijos, piensa que,
como en los juegos de azar,
podrás ganar o perder.

El destino no existe.

Eres tú tu destino.

Y si llegas a la vejez
da gracias al cielo por haber vivido largo tiempo,
pero implora con resignación por tu pronta muerte.

Los que no tenemos dinero ni poder
valemos menos que un caballo,
un perro,
un pájaro o una luna llena.

Los que no tenemos dinero ni poder
siempre hemos callado para poder vivir largos años.

Los que no tenemos dinero ni poder
llegados a los cuarenta
debemos vivir en silencio
en absoluta soledad.

Así los entendieron los antiguos,
así lo certifica el presente.

Quién no pudo cambiar su país
antes de cumplir la cuarta década,
está condenado a pagar su cobardía por el resto de sus días.

Los héroes siempre murieron jóvenes,
no te cuentes, entre ellos,
y termina tus días haciendo el cínico papel de un hombre sabio.

Harold Alvarado Tenorio
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ENTREVISTA A “PROVERBIOS”, DE HAROLD ALVARADO TENORIO
Por Robinson Quintero Ossa
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1. Sospecho que “Proverbios” no se escribió de un solo tirón sino por partes, proverbio a proverbio; ¿fue así o surgió de otro modo?No, lo escribí de un tirón la noche que cumplí cuarenta años. Vivía en New York, fueron los años del primer gobierno de Reagan y de Belisario Betancur, cuando casi todos mis compañeros de generación y de ideología decidieron pasarse al otro lado del río y abandonar todo lo que creían.
2. ¿“Proverbios”, según usted, revela enseñanzas inusitadas para el lector o sencillamente recrea lo que otros adagios dijeron ya?
No creo que revele nada nuevo, nada hay nuevo bajo el sol y menos el de Colombia.
3. En su caso, como poeta que escribe proverbios ¿cree que en un poema es más complicado manejar el tono sentencioso que el descriptivo, el elegíaco y el de invocación, por ejemplo?En mi caso creo poder usar sentencias y evocaciones con igual dificultad. O facilidad. Pero las ocasiones del tono sentencioso no son muchas. Evocar es más natural que proveer monsergas.
4. Sus “Proverbios” hablan el mismo vocabulario sencillo de los refranes tradicionales. ¿Le resulta inimaginable escribir un proverbio en un lenguaje surrealista, críptico o hermético, por ejemplo?
Creo que el poema surrealista dice poco. Se trata de eso. De no decir. De dejarlo a uno en albis.
5. ¿“En “Proverbios”, quién puso el ritmo, usted o el poema?
El ritmo es mi voz y mi cuerpo. El ritmo de los poemas de cada uno es cada uno.
...
11. “Proverbios” dice en su primer adagio: “No hables/ mira cómo las cosas a tu alrededor se pudren”, que entiendo yo como un llamado a la prudencia y a la contemplación. ¿Aplica en su vida diaria la contemplación y la prudencia?Si, aun cuando usted no lo crea. Tengo mucho miedo a la vida y por eso soy prudente. Lo que no soy es cobarde ni gusto de pactar con la miseria de vivir, es decir, con los poderosos y sus infamias.
12. Dice el segundo proverbio: “Confía sólo en los niños y los animales/ y de los ancianos aprende el miedo de haber/ vivido/ demasiado”. ¿En qué cosas, según usted, no es recomendable confiar; me puede hacer un breve listado?Siempre he dicho que en Colombia no se puede confiar en nadie. Y es verdad. Si confiar en otros puede ser placentero en otras latitudes, en Colombia confiar en parientes, o presuntos amigos y mucho menos, en empleados públicos, es materia grave, que puede llevar no sólo a una desgracia sino incluso a la muerte.
13. Dice el tercer proverbio: “A tus contemporáneos pregunta sólo cosas/ prácticas/ y comparte con ellos tus fracasos, tus/ enfermedades,/ tus angustias, pero nunca tus éxitos”. ¿Piensa que, en especial para un poeta, el anterior consejo es de oro?Si no se puede confiar en colombiano alguno, imagine si se podría confiar en poeta colombiano, esa especie inventada por el distribuidor del gasto público para seguir robando.
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18. Dice el noveno proverbio: “Y si llegas a la vejez/ da gracias al cielo por haber vivido largo tiempo, pero implora con resignación por tu pronta/ muerte”. ¿En este momento de su vida, qué busca cada día salvar, aunque sea temporalmente, de la vejez y de la muerte?La vejez es peor que la muerte, o mejor dicho, la muerte es una bendición y la vejez es lo peor que le puede pasar a uno. Envejecer es un infierno. Sólo los ricos creen que siendo ricos no son viejos. Vaya porquería de pensamiento. Nada nos llevamos de este mundo. Sólo la juventud, con sus terribles signos de vida, vale la vida.
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20. Dice el décimo primer proverbio: “Los que no tenemos dinero ni poder/ siempre hemos callado para poder vivir largos/ años”. En un país como el nuestro, lo que sugiere es bastante conveniente. ¿Pensó en Colombia cuando escribió este proverbio?Y en que cree que estaba pensando, en Colombia, en Colombia. La peor madrastra del mundo, la peor hermana, el peor primo, la peor de las miserias que pueda soportar un hombre, un país que sangra desde la misma noche de su nacimiento.